El día 7.7 (7 de julio) vamos a utilizar la fuerza mágica del 7, es como si nuestra energía saltara de la cabeza al corazón, trascendiendo la confusión y llegando a la claridad, pasando del pensamiento racional a la verdad …¡Tu Verdad!, tu verdad luminosa, amorosa y poderosa.
El Solsticio de Verano, espiritualmente, simboliza la luz en su máxima expresión, ofreciendo energía y vitalidad. Es un momento óptimo para celebrar la plenitud de la vida, la creatividad y el crecimiento personal.
La figura del padre es quien ayuda a los hijos a abrirse al mundo exterior y a descubrir las distintas facetas de la sociedad en la que vive, y además, potencia su fuerza y compromiso y es el iniciador de las relaciones sociales, más allá de la familia.